Mi camarero de guardia me pasó a escondidas lo que todos imagináis. Cerré el puño para que nadie lo viera y cuando el baño estaba vació fui directo a buscar unos minutos de soledad. Cerré la puerta, respiré de manera profunda y rebusqué en los bolsillos. Saqué la droga y ... el resto ya lo sabéis. Eché tres caladas rápidas y salí para recuperar mi cervecita y devolver el mechero a mi camarero. No sé si soy un judío rodeado de nazis, pero un delincuente sí que parezco.
MIS DISCOS DE 2022
Hace 1 año
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