domingo, 7 de junio de 2009

Sólo por provocar


Soy un provocador, así que...
El País continúa con la fotos de Silvio y su historia interminable. Habla de un sitio llamado Villa Certosa donde el pibe, en plan Calígula, cuenta con un harén de mujeres que de manera voluntaria se bañan, ríen y comen helado junto al abuelito y sus amigos.
Hay rumores de que el abuelito es adicto a la Viagra, que hay lista de espera para ser amiga del sultán y que los italianos le envidian.
A mí o me lo dicen más claro o considero que lo que el periódico denuncia es un problema de moralidad. Por lo tanto, no entro.
¿Las mujeres son forzadas a estar? El País no dice nada.
¿Se está gastando dinero público? El País no dice nada.
¿Se acuesta con menores? El País no dice nada. Habla sólo de que las frecuenta.
¿Existe un abuso de poder? El País no da pruebas.
Lo dicho, moralidad, como cuando se rumoreó la existencia de unas imágenes de un tal J.C.B. con la señorita Bárbara Rey y de unos animados fines de semana en los Alpes junto a diversas damiselas.

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